domingo, 2 de noviembre de 2014

El viejo Paris en tu garganta.

Lágrimas verdes afloran.
Tulipanes azules brotan.
Y todos mueren en tus desiertos.
Y reviven en tu oasis.
Y deshojan tus pestañas mis versos.
Y te componen.
Y cuándo tú no estás
La mariposa encerrada en aquel cristal
me aporta algo de libertad.
Y cuándo vuelves, se cuela en el estómago por la boca y me clava un alfiler.
En la lengua.
Que me impide gritarte que te he dibujado mil veces con el viejo Paris en la garganta.

Escrito en Zainit-Aak.

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