domingo, 4 de enero de 2015

Recordarte.

He estado mirando por tu mal
y me he quedado ciego.
Claro que llegaste tan tarde,
que el polo norte,
se incendió.
Y el exceso de calor,
me derritió las retinas.
Ya no tendrás espejo,
donde retocarte
cuando quieras peinar
tu tú interior.
No te perdono,
me gusta follar de verdad,
follar sin perdón,
como si Dios estuviera mirando.
¿Vas a quedarte mucho por aquí, por mis desiertos interiores?
Tengo vistas al océano.
Te recogeré ayer.
Despeínate y ponte fea,
seré impuntual y llegaré pronto.
Quítate las ganas de salir a volar,
nos quedamos enjaulados
en la primera cama que resista
el peso de mis miedos.
Te desenvolveré el vestido de flores amarillas,
me gustas más con los amaneceres
que tienes por lunares
al alcance de mis lenguetazos.
Ábrete de pétalos
y quémame muerto.
Cuando acabe la vida,
solamente me acordaré de ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario