Ojalá estuvieras viéndome construir,
en este momento.
Ojalá puedas verme edificado,
algun día.
Ojalá veas mis ruinas y quieras acariciarme.
Ojalá vuelvas.
Ojalá vuelvas a irte cuando vuelvas,
y vuelvas a volver
para no irte.
Ojalá intentes demolerme
y dolerme.
Y sientas la necesidad
de tener a alguien como yo
donde dormir cuando quieras soñar.
Y yo soy muy de mirarte mientras sueñas despierta.
Y mientras no duermes.
Ojalá leas todos y cada uno
de los cincuentaycinco poemas de chocolate que te he escrito,
para que te manches la boca
de tremendas y bonitas mentiras,
y para que te manches las manos
de mí.
Y todo por la culpa
del magma que recubre tu piel
cuando quieres llorar
y no lloras.
Falla eso del chocolate. ¿Qué te has fumado ahí? :)
ResponderEliminarCaray, duele y calma. Genial
ResponderEliminarPásate por mi blog y ya me dices qué tal te parece mi caos
ResponderEliminar